El mercado, instalado en su sala Baltard, está situado en el corazón de la ciudad
Es la promesa de una cita llena de sabores, en la que las palabras clave son color y frescura en los puestos.
Los bancos de la pescadería cuentan con lubinas, lenguados y rodaballos recién salidos de la subasta.
Las de los ostricultores están llenas de ostras.
Las frutas y verduras se codean con los productos gascones y otros quesos pirenaicos.
Uno se queda allí de buena gana, seducido por la convivencia del lugar.